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La ¿última? Jornada del Ministerio sobre el futuro de la fruta dulce y de pepita

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manzana

Digo “la última” porque viene a continuación de dos jornadas anteriores en los que se hizo el análisis de la situación en ambos mercados. El Ministerio presentó un documento único con las conclusiones que han llegado después de estas reuniones, tratando de ordenarlas y priorizarlas destacando aquellas en las que observaron el mayor grado de acuerdo. El resto de la Jornada se dedicó al debate de dicha aportación con todos los participantes.

Aunque las discusiones se han centrado en las conclusiones y medidas a medio y largo plazo, muchos participantes agradecieron la voluntad anunciada por el MAPAMA de desbloquear medidas a corto plazo (“nuestro problema más inmediato para llegar al mañana” se dijo). Aunque los márgenes presupuestarios existentes deben ser más que limitados, los representantes más calificados del MAPAMA adelantaron que están avanzando sobre todo en dos frentes, el de las medidas fiscales y el del acceso a una financiación.

Entre las conclusiones presentadas, podríamos destacar:

  • El aumento de la producción en fruta de hueso, también ligado a la mejora de los rendimientos en las nuevas variedades y el declive de la de fruta de pepita.
  • El periodo más conflictivo de concentración de la producción empieza en junio y toca de lleno grandes zonas productoras como Aragón y Cataluña.
  • Un problema de adaptación de la oferta a la demanda, por múltiples factores: las variedades más productivas no son siempre las gustativas; exceso de cámara; recolección temprana para que aguante el producto en la distribución; reserva de la mejor producción para la exportación dejando para el mercado interior peores cualidades; calibres según productos demasiado pequeños o demasiado grandes. Estos son unos de los factores que explican la caída de la demanda, ya que se valora muchas veces más el producto importado que el nacional.
  • Falta de datos estructurales (registro de plantaciones, variedades, costes de producción…) y coyunturales (precios, aforos, comercio exterior…).
  • Espada de Damocles de la falta de agua, junto con el encarecimiento de la mano de obra y el coste energético.
  • Carencias organizativas del sector, a pasar del papel ya desempeñado por las OPs: tamaño de las OPs, carencias de Asociaciones de OPs y de interprofesiones, no uso de la posibilidad de definir circunscripciones económicas, falta de contratos tipos homologados; falta de cultura de colaboración entre los distintos actores de la cadena.
  • Instrumentos de gestión de crisis de la OCM: percibidos como insuficiente, con precios de retirada demasiados bajos. El pago en especie de la transformación en las retiradas es útil pero el riesgo existe en que se transforme en estructural.
  • Los programas operativos de las OPs insisten en las inversiones, colectivas y muchas veces individuales. No prestarían (aunque hay muchas diferencias entre las OPs) suficiente atención a la innovación, la mejora de la comercialización y la promoción. La carga burocrática de gestión es percibida como claramente excesiva. Muchas OPs están muy lejos del 4,1 o 4,6 % de la VPC posible.
  • Se usa demasiado poco el programa de frutas en la escuela y las posibilidades que existen en los comedores públicos.

La discusión se centró en dos grandes bloques: por un lado, el mercado, mirando tanto del lado de la oferta como de la demanda, y, por otro, el de la organización. Aquí os libro las reflexiones que se me han ocurrido juntas y revueltas con algunas de las cosas escuchadas entre las que me han parecido más interesantes.

Comentarios organizativos

  • El número de OPs es excesivo. Los limites deberían aumentarse, progresivamente cierto, pero anunciándolo con antelación para darle tiempo al tiempo.
  • Las OPs deberían realmente disponer de los medios necesarios para cumplir sus funciones, entre las cuales está la concentración de la oferta. Hay que evitar las OPs instrumentales cuya función principal es la de cobrar las ayudas y no la de concentrar la oferta y adaptarla en cantidad y calidad a la demanda.
  • España es el único Estado miembro de la Unión en el que el periodo mínimo de permanecía en la OP es de 3 años y no de 1 año. No siempre se tiene razón cuando se está solo en contra del resto del mundo. Nadie se debe quedar en una OP “por obligación legal”, sino por convicción, porque nota que la OP está realmente a su servicio creando valor para sus socios.
  • Las asociaciones de OPs son un buen invento demasiado poco utilizado todavía. La prevención y gestión de crisis, la adaptación en cantidad y calidad de la oferta a la demanda son dos responsabilidades que la reglamentación le da a las OPs y que son ejercidas mucho más efectiva y eficientemente a nivel de las AOPs que de las OPs.
  • Las interprofesiones también son útiles como lugar de encuentro y de diálogo de la cadena. Sería el lugar ideal (así lo han hecho los del limón) para negociar los posibles contratos homologados. Estos también deberían existir para las ventas a la industria de transformación. No son sustitutivas de las OPS y AOPs, sino completamente complementarias. Tiene razón mi amigo José María Pozancos cuando dice que en España lo que entendemos por interprofesión no es lo mismo que en Francia, ya que allí está incluida la distribución. Si no está presente dentro formalmente, debería estar claro que la distribución (como la industria) son interlocutores privilegiados con los que hay que construir las estrategias para el futuro de la cadena alimentaria.
  • También es verdad que España es un gran exportador y es muy difícil que los compradores globales del mercado europeo se sienten en una interprofesión nacional. Razón de más para avanzar hacia una interprofesión europea o una asociación europea de interprofesiones que sí podría ser el interlocutor de dichos compradores globales.
  • El espectro de la venta a resulta planeó sobre la reunión. ¿Cómo se diferencia entre “venta a resulta” y “venta a pérdidas”? ¿Quid de la tradicional “venta a consignación”?
  • En el marco de la reglamentación europea actual, la obligación de contrato no se puede imponer a los compradores de fuera del estado español. Para los otros, la ley de la cadena alimentaria es clara al respecto, aunque, según afirmaron varios participantes en la reunión, parece que no siempre se respeta. Al respecto, debe analizarse lo que se hace en otros Estados miembros al respecto. Francia también está avanzando en este camino, pero tendría fórmulas más flexibles que las previstas en la ley española. El tema merece al menos que se le dé una vuelta para aprender de las experiencias de los demás.
  • Seguramente habría que trabajar en una intensificación de los controles sobre todo en el inicio de la campaña para que sirva de efecto demostración. El régimen sancionador de la AICA debería ser reforzado. Por ejemplo, además de elevar la cuantía de las multas posibles, la publicidad de las empresas sancionadas sería también útil.
  • Se dijo que algunas cooperativas funcionarían en la práctica como ventas a resultas, haciendo liquidaciones “ridículas” al final de la campaña. Esto que seguramente es verdad pone a la orden del día el tema de la gobernanza de las cooperativas y su control democrático por los socios, así como la formación de los técnicos y los Consejos rectores. A este respecto, se explicó desde el Ministerio (y algunas Comunidades Autónomas) que tiene becas para que directivos de las empresas agroalimentarias puedan atender formaciones en distintos centros homologados.
  • La reciente sentencia de la Corte de Justicia Europea en el caso “Endivias” no atrajo mucha atención a pesar de su importancia estratégica: el reconocimiento explícito que las OPs del sector pueden ajustar en cantidad y calidad la oferta a la demanda y el papel confirmado que pueden desempañar las asociaciones de OPs (que no tiene por qué ser AOPs económicas) que pueden asumir, recuerda la Corte, cualquier función que les quiera delegar las OPs. En ligazón con el nuevo reglamento Omnibus, este papel confirmado de las asociaciones de OPs puede ser muy interesante porque la gestión de riesgos y de mercado tiene poco sentido al nivel de una OP individual pero mucho más si lo asumen las Asociaciones de OPs.

Comentarios relativos a los mercados

  • Es verdad que tenemos muchas cosas mejorables en cuanto a comercialización, pero si los demás países nos temen por nuestra competitividad y capacidad comercial, hago bueno haremos, ¿no?
  • El embargo ruso ha sido un golpe muy duro para el sector, esto no lo duda nadie. Pero globalmente hablando, el sector ha sido capaz de redirigir la exportación hacia otros mercados lo que demuestra de nuevo la capacidad exportadora del sector.
  • La mejora de la información disponible sobre los aforos y su distribución temporal es clave, empezando por España y siguiendo por nuestros principales competidores.
  • En la última convocatoria de las ayudas europeas a los programas de promoción, pocos proyectos de frutas y hortalizas han salido elegidos, no solo en España sino en otros Estados miembros como Italia también. Mientras tanto, los de aceite de oliva han salido muy bien. Sería importante analizar que ha pasado, porque los programas de promoción de frutas y hortalizas (menos el de Interfel en Francia) no están superando la criba de selección, y que debemos hacer para las convocatorias futuras.
  • Hay que diferenciar entre los mercados tradicionales (los Estados miembros de la Unión y otros terceros países europeos) y los “nuevos” mercados, una vez superadas las restricciones higiénico-sanitarias con el consiguiente protocolo.
  • Cuesta mucho el abrir los nuevos mercados por lo que es necesario una visión a largo plazo: entrar para quedarse. No pueden ser mercados puntuales para colocar excedentes en casos puntuales. Hay que estar presente un año sí y otro también, aunque la rentabilidad puntual en un año determinado pueda no ser buena o incluso negativa. Este año hemos “pinchado” en China, con una reducción del 50% de lo exportado con respecto al año anterior y esto no es para nada una buena noticia si queremos de verdad quedarnos en el mercado chino.
  • Los del jamón (y otros sectores) han creado consorcios de exportación para hacer compatible una multitud de pequeñas y medianas empresas con disponer del volumen critico suficiente. ¿Esta idea es impensable en el sector?
  • De cara a estos nuevos mercados, habría que ver en qué medida se puede avanzar en el tema de los seguros. Estos nuevos mercados son más arriesgados y un seguro eficaz podría ser de gran ayuda.
  • Si los mercados más lejanos se transforman realmente en un destino estructural, queda mucho por hacer en cuanto a conocer que oportunidades existen, cuáles son las variedades aptas primero para aguantar estos recorridos y segundo más adaptadas a los gustos de estos nuevos consumidores. A esto se le debe sumar mejoras y cambios en las técnicas de tratamiento postcosecha.
  • Muchas veces desde el sector se ven las obligaciones de control como una pesadilla, pero son una garantía para el comprador. Seguramente, se podría agilizar si avanzáramos hacia plataformas logísticas, de servicios y/o de control estratégicamente situadas por las que pasarían las expediciones y las exportaciones.
  • No parece razonable utilizar el (escaso) presupuesto disponible para financiar arranques cuando sigue existiendo libertad de plantación, libertad de importación y ausencia de censo de las hectáreas plantadas. Pero tampoco parece razonable que, durante un periodo a determinar en función de la evolución de los mercados, los mismos fondos operativos financien nuevas plantaciones.
  • Igualmente, no parece tener sentido que sea la Administración la que recomienda que especies y variedades se deberían plantar, teniendo en cuenta las casuísticas productivas locales y los diferentes mercados y sus nichos.
  • En cambio, si este no es el caso, la estrategia nacional española debería permitir que los fondos operativos de las OPs puedan financiar dicho arranque. A nivel comunitario no hay ningún impedimento legal para ello.
  • Pero como se dijo en el apretado anterior, una campaña de arranque tiene mucho más sentido de forma coordinada a nivel de las AOPs. Igualmente, en positivo, tendría sentido que sean estas AOPs las que aconsejaran que tipos de especies y variedades plantar en función de las características locales y las evoluciones previsibles de la demanda. En este punto también, el reglamento Omnibus parece abrir nuevas perspectivas.
  • También hay más medidas que deben financiar los fondos operativos. Buen ejemplo de ello podría ser la puesta al día de las cámaras frigoríficas ante la desaparición de muchas sustancias activas.
  • En frutales de pepita, la batalla es la recuperación del consumo español cubierto en un 50% por importaciones. Para ello es necesario ofrecer al consumidor el producto que demanda y que hoy satisface con manzana importada, principalmente de Italia.
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