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Los citricultores valencianos prevén pérdidas de 131 millones de euros

Los productores de cítricos de la Comunitat Valenciana estiman que las pérdidas en la presente campaña ascienden a 131 millones de euros.

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A nivel de exportación, tomando como referencia el informe de Comercio Exterior de Cítricos de la comunidad, elaborado a partir de datos de la Secretaría de Estado de Comercio, a finales de enero del presente año, las exportaciones habían caído respecto al ejercicio anterior un 1% en volumen y un 5% en valor. Una cifra muy significativa teniendo en cuenta que el aforo citrícola de la Comunitat Valenciana indica que la producción se ha incrementado esta campaña un 23% con respecto a la pasada. La situación es especialmente grave para los productores de mandarinas, con descensos acumulados del 1% en volumen y del 9% en valor en la producción comercializada en el exterior.

Ante esta situación, Cooperatives Agro-alimentàries de la Comunitat Valenciana, La Unió de Llauradors i Ramaders, AVA-Asaja y Fepac denuncian la actual situación de la citricultura valenciana, que viene sufriendo desde hace años una crisis continuada que amenaza la pervivencia del sector tal y como lo conocemos.

Cirilo Arnandis, presidente de las Cooperatives Agro-alimentàries de la Comunitat Valenciana, ha señalado que esta campaña se ha dado “una tormenta perfecta” por un exceso de producción al principio y episodios de lluvias que han afectado al precio y a las ventas de la producción, y ha lamentado que los precios citrícolas sean en la actualidad los mismos de “hace 40 años”. El dirigente de las cooperativas ha afirmado que el Gobierno valenciano debería hacer “algo más” y ha­berse implicado con medidas económicas y financieras, y respecto al Gobierno central ha señalado que existe la incertidumbre de si va a aplicar mejoras fiscales a los agricultores.

En la presente campaña citrícola, un 27% de la producción de naranjas y clementinas no se ha podido vender debido a los efectos de la sequía y las lluvias. En total han sido 1,14 millones de toneladas, de los casi 4 millones estimados por la Conselleria de Agricultura en el aforo inicial de cosecha para esta campaña, los que el sector considera perdidos por menores calibres y daños en la fruta. En el caso de Castellón, se ha perdido entre el 40 y el 50% de la cosecha de clemenules, según ha resaltado el presidente de Fepac-Asaja, Néstor Pascual.

Los representantes agrarios han coincidido en calificar como mala la campaña citrícola, que tuvo un inicio desastroso, aunque en la segunda parte se ha producido cierta recuperación por una mejora de los precios desde enero en las variedades tardías.

“Lamentamos que ni la Generalitat, ni el Gobierno de España ni la Unión Europea entienda este desastre y no hayan movido pieza para ayudar ni legislar en la cadena comercial”, ha asegurado el presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado.

Para el secretario general de La Unió, Ramón Mampel, el precio que pagan algunas grandes cadenas de distribución a los agricultores valencianos es uno de los grandes problemas, y ha asegurado que el producto recogido aquí, fresco, “no tiene comparación” con los procedentes de otros lugares.

Cultivo amenazado
Los representantes agrarios han denunciado que el cultivo de cítricos en la Comunitat se ve amenazado por factores como la falta de relevo generacional (sólo el 6% de los titulares de explotaciones agrarias valencianas son menores de 35 años, frente al 50% que tiene más de 65 años), el descenso continuado de las rentas de los productores, la ausencia de reciprocidad en las condiciones de acceso a los mercados comunitarios en comparación con los productos procedentes de terceros países, o las amenazas fitosanitarias, en forma de plagas y enfermedades, que acechan por la laxitud de los controles fitosanitarios realizados en frontera en algunos Estados Miembro de la Unión.

Para hacer frente a este panorama desolador, el sector exige a las Administraciones Públicas la adopción de medidas tendentes al fomento de la competitividad de la citricultura valenciana, al relevo generacional, al refuerzo de los productores en la cadena alimentaria o al establecimiento de mecanismos que protejan las rentas que perciben los agricultores. Asimismo, han defendido la exigencia a Bruselas de reciprocidad a las exportaciones procedentes de terceros países para acceder a los mercados comunitarios, y mayor protección fitosanitaria para las producciones citrícolas comunitarias en general y valencianas en particular.

Entre las propuestas concretas, se han citado entre otras la instauración a nivel nacional de un seguro de rentas, medida que también sería conveniente trasladar a la próxima PAC a través de la creación de un seguro de mercado. También se ha incidido en la negociación de una PAC que sea sensible con las características y necesidades de la agricultura mediterránea.

Por otra parte, en materia de seguridad fitosanitaria, se ha exigido el refuerzo de los controles en frontera y el establecimiento de mecanismos como las “listas positivas” para las exportaciones procedentes de terceros países.

Por último, los representantes del sector citrícola también han reclamado la publicación de la esperada y comprometida Orden Ministerial de reducción de módulos del IRPF, ante la cual han asegurado que se mostrarán especialmente vigilantes con su contenido, habida cuenta de la disparidad de criterios y arbitrariedad de la Orden publicada el año pasado, que obligó a la publicación en el BOE de sucesivas correcciones que no fueron suficientes para satisfacer plenamente a todos los afectados por condiciones meteorológicas excepcionales en la Comunitat Valenciana.

 

Fuente: Valencia Fruits

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