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Variedades frente al cambio climático

La firma Sakata trabaja en un proyecto que busca la mejora de la resistencia de las brásicas al estrés climático.

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brocoli

Según indican los últimos estudios de la FAO, en los próximos años podría producirse un descenso considerable del suministro mundial de alimentos. Para evitarlo, las empresas de semillas están trabajando en el desarrollo de variedades mejoradas, adaptadas a las condiciones que traerá consigo el cambio climático.

Para que las empresas obtentoras puedan satisfacer las necesidades de los productores y del mercado, deben incluir la adaptación al cambio climático dentro de sus programas de I+D+i. Según varios estudios, en la mayor parte del planeta se espera que las próximas condiciones climáticas sean más adversas para la agricultura. Por ejemplo, seguirá incrementando el CO2 atmosférico, lo que, junto con el incremento de las temperaturas medias del planeta, aumentará las necesidades hídricas de los cultivos. Al mismo tiempo se producirán procesos de desertificación y de reestructuración de los periodos de lluvia, haciéndolos más puntuales y torrenciales. Todo esto implicará un menor acceso al agua para riego y un menor aprovechamiento del agua de lluvia, que al caer de forma torrencial podría llegar a ser negativo para los cultivos. Es por ello que cada vez tiene mayor importancia la búsqueda de variedades productivas y robustas, que permitan tener producciones en condiciones desfavorables, sobre todo en escenarios de sequía.

En el caso particular de la Región de Murcia, precisamente el área de mayor producción hortícola del país, las altas temperaturas y las escasas precipitaciones en verano son consideradas los factores que más limitan la producción. Dichos factores, a su vez, están relacionados con los graves problemas de salinidad de la mayoría de los suelos de la región. La salinidad afecta al desarrollo de los cultivos, disminuyendo el rendimiento de las plantas y, por tanto, influyendo en las producciones, lo que se traduce en importantes pérdidas económicas para el sector. Es en este marco en el que se están desarrollando diferentes proyectos tecnológicos para intentar buscar alternativas para hacer frente a los retos que nos plantea y que nos planteará con mayor intensidad cada vez, el cambio climático. 

Un proyecto que mejora la resistencia de plantas en cultivos como el brócoli

Uno de estos proyectos, de colaboración público-privada, lo ha puesto en marcha la empresa Sakata Seed Ibérica. En el proyecto IMPBRÁSICA se busca la mejora de la resistencia de brásicas al estrés abiótico. El estudio se centra en el cultivo de brócoli junto a otras especies halófitas, capaces de sobrevivir en condiciones de elevada salinidad. Cabe destacar que la Región de Murcia es una de las zonas de Europa con mayor producción de brócoli, si las variedades no son capaces de adaptarse a los problemas de salinidad, la producción descenderá considerablemente, afectando tanto al mercado nacional como europeo. Con ello no se podrían cubrir las necesidades exigidas por la demanda internacional, con un consumo de 500.000 toneladas al año. Este proyecto, al ser parte del programa Retos Colaboración 2015, está siendo cofinanciado con fondos FEDER. Actualmente se encuentra en su tercer año de desarrollo y ha presentado sus resultados iniciales en el congreso Climate Changing Agriculture International Conference.

Este proyecto no es solo una muestra de los esfuerzos que Sakata Seed Ibérica realiza para ofrecer soluciones a través de la innovación, sino que también refleja cómo influye la actitud de la administración en la generación de una masa crítica en I+D+i de carácter interdisciplinar. Gracias al apoyo de la administración a proyectos con apartados de mejora, a través de programas de colaboración público-privada, promueven y aceleran la obtención de soluciones frente a retos de gran magnitud como es el del cambio climático. 

Información adicional:

Actualmente, la productividad de una variedad es uno de los factores más importantes a la hora de posicionarla en el mercado. No obstante, en ocasiones, esta es una característica difícil de valorar puesto que la producción varía según su adaptación a las condiciones de la zona productora (clima, suelo, manejo del cultivo, periodos de producción, etc.). Una misma variedad puede ser considerada la más productiva en una determinada zona de producción, pero ser totalmente inviable en otra. O incluso en una misma zona, puede ser la más productiva en un determinado periodo, pero ser inviable en otro. Esto es una muestra más de la importancia de la adaptación de las variedades y de los procesos de mejora en la seguridad alimentaria. En este sentido, la adaptación al cambio climático es un eslabón de gran importancia en el proceso de mejora.

 

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