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Confrontación por el horario de Mercamadrid

La marcha atrás en lo que parecía un cambio de horario a diurno por parte de la directiva de Mercamadrid a instancia del Ayuntamiento ha decepcionado a los mayoristas que estaban a favor y contentado a los minoristas, que se escudan en la supervivencia de su comercio.

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Mercamadrid

En el foco del debate en los últimos meses ha estado el cambio de horario de Mercamadrid. Para entender toda esta encrucijada, hay que remontarse al momento en el que, ante una demanda histórica y con una comisión específica creada al efecto, se votó de forma oficial y en consenso con Mercamadrid por un horario diurno, que finalmente se resolvió con una ampliación del mismo. Así, el pasado 1 de marzo se pasó de un horario de 6 a 11h (que no era real, ya que lo habitual era comenzar a vender a las 3 de la madrugada) a uno de 6 a 14h. Esta flexibilización significaba la entrada de clientes a las 5 en una jornada que se alargaba hasta la 13h por lo general, representando un primer paso, desde la perspectiva de algunos, para poco a poco alcanzar el horario diurno. Pero esto solo duró un par de meses. Tras una reunión de los detallistas miembros de la asociación Adefrutas con representantes del Ayuntamiento y la Dirección General de Comercio y una minoría de los mayoristas que se oponían a esta flexibilización (la nueva asociación APMEMM), se volvió a cambiar, esta vez adelantando la apertura oficial a las 4:30. Alegaron “un horario justo y razonable para salvar la vida de los pequeños comercios y empresas familiares frente a la desigual competencia de los grandes operadores, porque de lo contrario supondría la estocada final al comercio tradicional, detallista o de venta ambulante”.

Esto significó una vuelta al horario de madrugada para los mayoristas, lo que ha sido recibido como un jarro de agua fría para la mayoría, como sostienen desde ASOMAFRUT: “Consideramos que la decisión de trasladar la apertura a las 4:30 ha sido arbitraria, tomada por parte del Ayuntamiento y la Dirección General de Comercio de forma unilateral y sin basarse en criterios técnicos ni tener en cuenta la opinión de la mayoría de usuarios ni los informes aportados por Mercamadrid. Además, el nuevo horario que quiere imponer el Ayuntamiento de Madrid trae el caos al Mercado, al obligar a simultanear labores de carga y descarga, incrementando los riesgos de accidentes”.

El problema es que, con independencia del horario que se fije, no se cumple por falta de liderazgo por parte de Mercamadrid

Ante esta marcha atrás, hay voces que señalan que los responsables del Mercado de la Paz de Madrid, uno de los frentes más activos contra el cambio de horario a diurno, tienen más poder en el Ayuntamiento que los propios usuarios y trabajadores de Mercamadrid. En este sentido, hacen referencia a cierto trato de favor hacia una voz minoritaria.

Por su parte, desde ASOMAFRUT y Afrumad (minoristas a favor) aducen que este cambio atraería talento, renovación generacional en las empresas, fomentaría la incorporación de la mujer en el Merca, una mejora de la conciliación laboral y de la calidad de vida de sus trabajadores y permitiría potenciar la relación con nuevos clientes (canal Horeca, almacenes, distribución, exportación). Así, consideran que Mercamadrid está a merced de los deseos de los minoristas que se cejan en la tradición, la misma que está autodestruyendo su renovación generacional y, por tanto, su futuro y se basan en las conclusiones emanadas del Estudio de Necesidades y Expectativas de clientes actuales y potenciales de Mercamadrid, elaborado por el Institut Cerdà, donde se expone que “si no cambiamos el horario, en 10 años no habrá detallistas de fruta”.

La ciudad sin ley
Pero en el trasfondo de todo esto no hay solo una disconformidad con el horario oficial, sino que, como relatan muchos responsables de las empresas que hemos visitado en Mercamadrid, ni siquiera hay horario, porque no se cumple normativa alguna. Exponen que mientras aún hay camiones en operación de descarga, ya hay clientes paseando por los diferentes puestos y comerciales vendiendo. En este sentido, los mayoristas piden a gritos la puesta en marcha de una política de sanciones efectiva y real para que se cumpla cualquier tipo de normativa, algo para lo que no está autorizada la directiva de Mercamadrid hoy día.

Toda esta situación ha llevado a que exista un clima de enfrentamiento que está afectando en casos aislados incluso a las operaciones de compraventa, que esperemos mejore considerablemente por el bien del funcionamiento de las empresas y del Merca en general.

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