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El fin de las malas campañas

Juan Manuel Coello de Paz, director de Operaciones de Patatas Meléndez.

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Patatas Meléndez

Tradicionalmente, así ha ocurrido en la patata; sin embargo, hoy en día, se puede decir que se han tomado medidas para que esto no suceda. No cabe duda de que la patata francesa sigue teniendo incidencia en la campaña española, sobre todo en el arranque de la patata nueva en el sur del país en los meses de abril y mayo y en la finalización del ejercicio de Castilla y León en noviembre y diciembre.

Este impacto se debe, principalmente, a que, en Francia, cuentan con infraestructuras y condicionantes de tipo edafológicos y meteorológicos idóneos para almacenar y conservar patata. El tener producto almacenado les permite regular sus stocks en función de los mercados, la oferta y la demanda que existan en cada momento, con lo cual, en épocas claves como los cambios de campaña, esto puede suponer una ventaja competitiva frente a una patata de campo.

La mayor diferenciación, sin embargo, de nuestro producto frente al francés es su calidad interna, ya que, al ser patata nueva, cuenta con las mejores cualidades tanto culinarias como nutricionales. Para ponerlas en valor, hay que planificar muy bien cada campaña con los productores y clientes para que, en el momento que tengamos patata nueva de España, podamos ofrecérsela al consumidor en todos los lineales de venta. Por lo tanto, yo no diría que tenemos que competir con Francia, lo que deberíamos hacer en el sector español es promocionar más nuestro producto y darle valor, puesto que una patata nueva es infinitamente mejor que una de conservación.

Asimismo, también son importantes iniciativas como las que desarrollamos desde Patatas Meléndez en determinadas regiones de España, donde realizamos dobles cosechas con el fin de ofrecer al consumidor patata nueva durante prácticamente los 365 días del año. Creemos que esto ayuda a potenciar el consumo de patata, que, en definitiva, es el gran reto de nuestro sector.

Pero con esto no es suficiente. Debemos adoptar, y ya lo estamos haciendo, medidas para evitar malas campañas. En este sentido, en nuestro caso, pusimos en marcha hace tres años nuestro plan estratégico agrario, llevando a cabo planificaciones de siembra y variedades, asesorando a los agricultores, firmando contratos con productores a varios años, apostando por la patata nueva de España, etc. Y todo ello con el único objetivo de garantizar la sostenibilidad del sector a largo plazo.

Por último, no podemos obviar que la orientación del mercado está cambiando, decantándose cada vez más por un mayor consumo de patata lavada y de más calidad. Se están introduciendo nuevas variedades y referencias como, por ejemplo, variedades de carne firme y colores, patatas para microondas etc. En definitiva, se está intentando ofrecer al consumidor el mayor valor de un producto tradicional como es la patata.

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