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El origen como sello diferenciador

En la Cooperativa Virgen del Rocío confían en el carácter único que las tierras de Sanlúcar imprimen a los productos que se cultivan en esta zona. En este sentido, su gerente Marco A. Gálvez, aboga por potenciar una marca conjunta, que ya existe, y comunicar su diferenciación a clientes y consumidores.

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Si bien es cierto que el consumidor compra por la vista, en el mercado doméstico a veces la presencia o el aspecto que los productos tengan en el lineal no es suficiente, y menos ahora, cuando el comprador final está cada día más informado, y empieza a conocer las cualidades que el origen le imprime a las frutas y hortalizas. Por este motivo, las empresas de La Algaida y Bonanza, en Sanlúcar (Cádiz), cuentan en una marca conjunta, Las Arenas Finas de Sanlúcar, para identificar la completa gama de productos que se cultivan en la zona, que por sus condiciones específicas de suelo y agua, le imprimen unas características organolépticas únicas. La llegada de crisis ha provocado, entre otras cosas, la paralización de este proyecto por parte del Cabildo local, principal valedor del mismo, no así por algunas de las empresas del entorno, como la Cooperativa Virgen del Rocío, que decidió seguir adelante con este sello e incorporarlo a la mayoría de sus envases, ya que el declive del mercado nacional es palpable y se acentúa cada año más. “Esta marca la estamos utilizando desde hace ya algunos años, lo que nos queda por hacer es aunar bajo un mismo protocolo la calidad vinculada a ella y comunicar su diferenciación a los consumidores”, nos explica Marco A. Gálvez, gerente de esta cooperativa, desde donde confían plenamente en este tipo de proyectos al entender que si otros productos han sabido reivindicar su origen, las frutas y hortalizas de Sanlúcar también deben hacerlo.

Pero Gálvez va más allá afirmando que no solo hay que trabajar en dar a conocer esta marca y promocionar la zona, sino en incorporar nuevos cultivos en la comarca, complementarios de los ya existentes y que les permitiría presentarse ante los clientes como un proveedor aún más atractivo. “En nuestro caso, sin dejar de lado la zanahoria de manojo que es nuestra seña de identidad, apostamos por diversificar la oferta en productos como el calabacín del cual somos grandes productores todo el año, o el rábano”, comenta el gerente de la cooperativa.

 

 Zanahoria de manojo

Frente a aquellas empresas que están dejando de lado la zanahoria de manojo debido a sus altos costes de producción y baja rentabilidad, esta Cooperativa mantiene su apuesta por este cultivo, haciéndose proveedor especializado. “El año pasado comercializamos más de 13.400.000 manojos, una cifra que esperamos superar esta campaña. Además estamos trabajando para simplificar algunos procesos y racionalizar recursos, pues a veces pequeños cambios, mejoran sustancialmente el resultado final”, argumenta Gálvez, refiriéndose tanto a los procesos en campo como en almacén, además de estar apostando por variedades de alta calidad y rendimiento.

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