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El sector de la fresa debe cambiar para seguir creciendo

Cindy van RijswickAnalista Senior de Segmento de Producto Fresco en Rabobank Research Food & Agribusiness.

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El consumo de fresa fresca está creciendo principalmente en mercados asiáticos emergentes como China y Oriente Medio. En Japón y Europa del Este, no ha habido un incremento en los últimos años y en Europa Occidental y Estados Unidos, el crecimiento del consumo ha sido similar al de la población. Muchos agricultores están trabajando en la mejora del sabor de la fresa, pero ¿es suficiente para seguir creciendo?
Existen limitaciones importantes en el sector productor. Una de ellas es la disponibilidad de mano de obra, principalmente de recolectores de fresas. Varias compañías (Octinon, Harvest CROO, Agrobot, etc.) están desarrollando actualmente máquinas de recolección, pero aún no son capaces de igualar el trabajo humano. Pasarán muchos años más antes de que la recolección se pueda automatizar a gran escala.
Otro desafío importante para el sector son los requisitos de sostenibilidad. Los productores tienen mucho que hacer para aumentar la eficiencia de los recursos y reducir su impacto ambiental. En EE.UU. las fresas encabezaron la lista “dirty dozen” 2018, al tener la mayor cantidad de residuos de pesticidas encontrados. Esto debería ser una señal de advertencia para todo el sector a nivel mundial, especialmente para grandes exportadores como España y México.
Otro cambio que repercutirá en el sector de la fresa centrado en la exportación será la evolución hacia la producción local. Existe una tendencia hacia una mayor autosuficiencia y a alargar la temporada de producción en varios mercados importadores de fresas, incluyendo Francia y Alemania. En Francia, la producción nacional de fresas de invernadero y túneles ha aumentado de 1.130 hectáreas en 2008 a 1.870 ha en 2018. En los Países Bajos, en los últimos años, también se han realizado importantes inversiones en este sentido, así como en América del Norte los principales productores de hortalizas de invernadero como Mastronardi y Mucci. Y lo más probable es que Rusia también lo haga para reducir la dependencia de las importaciones a través de países vecinos como Bielorrusia.
La producción en ambientes protegidos, cada vez más fuera del suelo, en mesas de cultivo, es una forma de afrontar varios desafíos, como las circunstancias climáticas cada vez más extremas, los precios inestables en temporada alta, el impacto ambiental, la eficiencia de mano de obra y condiciones de trabajo. Finalmente, los robots harán la mayor parte del trabajo. Por lo tanto, cada vez más las fresas serán producidas en condiciones controladas. En el pasado, los tomates se cultivaban al aire libre, mientras que, actualmente, la mayoría de los tomates de alta calidad para consumo fresco se producen en invernaderos. Lo mismo sucede con las fresas.

Una fruta con potencial
El aumento del consumo de fresa (aproximadamente el 4% anual) ha superado el crecimiento del consumo total de fruta fresca a nivel mundial. Por tanto, la fresa todavía tiene potencial como alimento snack, sabroso, saludable, pero en mercados desarrollados como los EE.UU. y Europa, el sector se enfrenta a varios desafíos. Para solucionar los retos en materia laboral, de sostenibilidad y otros temas, las fresas se irán produciendo en sistemas cada vez más avanzados.

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