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La manzana nacional fomenta la economía local

En un mercado cada día más competitivo, la IGP Poma de Girona aboga por poner en valor la sostenibilidad de su producción de manzana ligada al territorio, que permite mantener viva la economía de la zona.

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La aparición de nuevas variedades diferenciadas y el aumento de las importaciones de terceros países con menores costes en mano de obra han agudizado la competencia en el sector de la manzana. En este contexto, y para asegurar la viabilidad de las producciones, es necesario destacar no solo la calidad de la manzana nacional, sino también su contribución a la preservación del medio ambiente y la economía local. “La IGP Poma de Girona se posiciona como una manzana del territorio, de calidad, confianza y segura, que mantiene unas características año tras año y trabaja para generar valor añadido en el ámbito de la sostenibilidad y la salud de las personas”, afirma Llorenç Frigola, presidente del Consejo Regulador de la IGP Poma de Girona.

Para ello, este sello de calidad se enfrenta a distintos desafíos a nivel productivo y comercial. En el primero de los casos, trabajan, como comenta el presidente del Consejo Regulador, para hacer más sostenibles sus producciones reduciendo el consumo de agua de riego, fomentando la biodiversidad en las parcelas o minimizando su huella de carbono, entre otras acciones. Desde el punto de vista comercial, su objetivo es, por un lado, “comunicar a los clientes la responsabilidad social que supone comprar en el territorio para mantenerlo vivo” y, por otro, promover el aumento del consumo. Para ello, es fundamental transmitir al consumidor los beneficios de la manzana para la salud y el medio ambiente, al tratarse, por ejemplo, de “una fruta sin plástico, ya que su piel es su envoltorio natural”.

“En cinco años, comercializarán variedades adaptadas a climas cálidos, adelantándose al cambio climático

La IGP Poma de Girona certifica actualmente en torno al 70% de la producción de la provincia de Girona, “un porcentaje muy alto teniendo en cuenta que en nuestra zona también se producen manzanas de las variedades Fuji o Pink Lady, que no están amparadas por el sello”, explica Frigola. Para seguir poniendo en valor la producción ligada al territorio y contribuir a la reducción de las importaciones, la IGP, en el marco del programa internacional Hot Climate Programme (HCP), prevé comercializar en el plazo de cinco años nuevas variedades de manzanas adaptadas a climas cálidos. De este modo, comenta Frigola, “los 80 productores de la agrupación lograrán minimizar las consecuencias del cambio climático y ofrecer a los consumidores variedades producidas en condiciones locales”. Todo esto, unido al uso más eficiente de los recursos naturales, redundará en la mejora de la sostenibilidad.

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