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Naturgreen, la agricultura del futuro

Incorporar la biodiversidad a la producción hortofrutícola es el objetivo de este proyecto de EDEKA y WWF. Y junto a ellos, Naturgreen, cuyo CEO es Luis Bolaños, un empresario visionario para quien ofrecer sostenibilidad ya no era suficiente.

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Hemos tenido la oportunidad de recorrer el bosque del futuro. Un lugar donde los recursos naturales conviven con los sistemas de producción hortofrutícola en perfecta armonía, donde se conservan lo que ya había en el terreno antes de la intervención de la mano del hombre y se fomenta la biodiversidad. Estamos en la finca El Esparragal, ubicada en un enclave privilegiado, entre el Corredor del Guadiamar y Sierra Morena, próxima a Sevilla, atravesada por el Ribera de Huelva, afluente del Guadalquivir, gestionada por la firma Naturgreen (Sevilla), e integrada en proyecto Zitrus EDEKA puesto en marcha por esta cadena de distribución y la ONG WWF en 2016.

¿Pero qué diferencia esta explotación de otras? Luis Bolaños, CEO de Naturgreen, ideó un sistema de cultivo que va más allá de la sostenibilidad, integrando la biodiversidad dentro de su producción agrícola. Para ello, conservó la orografía del terreno, los recursos hídricos existentes y la fauna autóctona, pues es lugar de paso obligado para multitud de especies procedentes incluso de Doñana o Sierra Morena. Así, EDEKA y WWF, en su búsqueda de una producción sostenible, pusieron sus ojos aquí.

Junto a Miguel Hidalgo, responsable técnico de la finca y Felipe Fuentelsaz, responsable de WWF España, disfrutamos de un paseo por estas tierras citrícolas. Y os aseguramos que se trata de un auténtico bosque, todo un placer. “La propiedad ya había puesto en práctica numerosas acciones medioambientales, por lo que solo fue necesario realizar pequeñas mejoras para adaptarlas al protocolo que habían trazado EDEKA y WWF”, nos explican desde la ONG.

El proyecto se sustenta sobre tres pilares. Por un lado, el uso sostenible del agua, donde no solo se lleva a cabo un control automatizado del mismo, sino que toda la finca cuenta con sensores de humedad que determinan la necesidad hídrica de cada momento. “Hemos logrado reducir el consumo un 8%, porcentaje que los expertos determinan será la pérdida hídrica en los próximos años debido al cambio climático, por lo que nos estamos adelantando a las condiciones con las que tendremos que convivir en el futuro”, comenta Miguel Hidalgo.

Otro de los pilares son las prácticas agrícolas. Aquí las verdaderas protagonistas son las cubiertas vegetales que encontramos entre los lomos de la arboleda: fomentan la biodiversidad albergando la fauna auxiliar necesaria para combatir plagas. “Encuentra aquí el cobijo que necesita, regresando a los árboles a nutrirse y ser efectiva en el control de las plagas”, explica Hidalgo, apuntando como ejemplo que han proliferado un gran número de especies de mariquitas. A diario realizan muestreos de las plagas e insectos beneficiosos, determinando su nivel de depredación, lo que permite minimizar el uso de tratamientos fitosanitarios. (Se ha logrado reducir en dos terceras partes).

Y como último pilar, contribuir a mantener esa fauna autóctona. Para ello, esta finca cuenta con tres
grandes áreas de reserva para aves y herbívoros. Además determinadas prácticas como el desbrozado de las cubiertas vegetales se realizan únicamente cuando ha finalizado el periodo de crías para conejos y perdices, muy abundantes en la zona.

Y todo esto, sin alterar el desarrollo agrícola, eficiente y efectivo, con producciones idénticas en cantidad y calidad a las de cualquier otra explotación, aunque sí con pequeñas imperfecciones externas como muestra de una gestión natural. Es por tanto una forma diferente de cultivar, bucólica algunos la podrían tildar, pero real. Insectos, agua y zonas verdes…

Ojalá los consumidores pudieran apreciar todo esto cuando saboreen estas naranjas y mandarinas…. procedentes directamente del bosque del futuro.

Luis Bolaños, un visionario

El CEO de Naturgreen lleva más de tres años trabajando bajo este sistema de producción con cítricos y fruta de hueso, incluso antes de que EDEKA y WWF pusieran los ojos en su finca.

Y es que para él, la sostenibilidad es probablemente un concepto anticuado, por eso ha querido dar un paso más, reincorporar la biodiversidad en sus explotaciones. Y el resultado, a tenor de lo visto y vivido, no puede ser mejor. No solo porque ha entrado a formar parte de un proyecto único en el mundo de la mano de una de las principales cadenas de distribución europeas, sino por qué Bolaños está convencido de que esta será la agricultura del futuro. “En nuestras plantaciones no se excluirá a la naturaleza, se incorporará. No es una opción, seguramente será una obligación, una necesidad, y terminará imponiéndose como modelo en este
Siglo XXI”, sentencia mientras paseamos con él por esta singular finca.

Esta misma gestión sostenible llevan a cabo en la finca Los Cerros (Carmona) donde desarrollan ya 165 hectáreas dentro del proyecto Zitrus. Y su pretensión es ampliarlo, pues presenta incluso mayores recursos naturales.

Le preguntamos sobre la comercialización y la rentabilidad en este proyecto. Como buen empresario, sabe que en programas pioneros como este, los resultados económicos no son instantáneos. “Debemos esperar
unos años para ver su consolidación. Es nuestra gran apuesta y debemos esperar, máxime cuando la aceptación por parte de los consumidores está siendo realmente increíble, pues en Europa el respeto hacia la naturaleza y sus recursos priman por encima de otras variables. Estamos convencidos de que será rentable
no solo para nosotros sino también para el Planeta”, añade.

En este punto dejamos a Luis Bolaños, que contempla satisfecho lo que ya ha logrado, consciente de que aún le queda mucho por recorrer, por aprender y por innovar.

Alimentar al mundo con una oferta sostenible

Desde 2012, EDEKA y WWF están cooperando con el objetivo de reducir la huella de ecológica de los productos que la cadena pone en sus lineales, al tiempo que dar respuesta a una demanda de sus consumidores por conocer el grado de sostenibilidad con el que se producen los alimentos. Es ahí donde se enmarca el proyecto Zitrus, enfocado a lograr un cultivo tradicional de naranjas y mandarinas más respetuoso con el medio ambiente. Y Andalucía, como una de las principales zonas hortofrutícola, donde el consumo de agua es muy elevado, y por tanto, con una gran incidencia sobre la fauna y flora de la zona, era como nos detallan desde EDEKA, el escenario ideal para ponerlo en marcha.

Por el momento, se está desarrollando en esta finca de El Esparragal (Sevilla), gestionada por la empresa Naturgreen, con muy buenos resultados en cuanto a niveles de producción y comercialización. Durante esta primera campaña, EDEKA solo se ha podido abastecer a los supermercados de la región de Minden-Hannover, de ahí que la cadena, junto a WWF estudian la posibilidad de extenderlo a otras fincas que reúnan las condiciones.

Y es que como hemos dicho, la comercialización de estos cítricos, avalados por el sello WWF, ha sido todo un éxito. Las pequeñas marcas exteriores en la piel de la fruta como consecuencia del paso de algunos insectos, es considerada como un valor añadido, «un signo de calidad, puesto que dan testimonio de que se trata de un cultivo más respetuoso con el medio ambiente», apuntan los responsables de EDEKA. Eso sí, nos confirman, es necesaria una labor de información al consumidor, que por otro lado, la estaba demandando.

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