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Sin perder el compás, los frutos rojos aprenden nuevos ritmos. ZERYA

Muchas veces el sector de los frutos rojos me parece una especie de Gran Orquesta, con todo tipo de músicos, de instrumentos, con distintos directores y capaz de interpretar toda clase de ritmos

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Sin duda esta campaña 2016/17 ha sido bastante movidita. Por suerte el mercado ha desafinado poco, los precios han acompañado y los volúmenes han estado dentro de lo normal. Ha habido quizá algún compás perdido con los precios del arándano y la fresa en algunos momentos, pero esa parte se ha ejecutado de forma aceptable.
En algún momento se rompió una cuerda con la disponibilidad de mano de obra, lo que hay que tener muy en cuenta en la próxima campaña. Pese a todo se siguió tocando. La orquesta ha crecido y se ha diversificado mucho en los últimos años, hace apenas unas 5 ó 6 campañas la hegemonía de la fresa era casi total, los cultivos menores realmente lo eran, pocos productores y poca superficie, incluso se hablaba de que en el hipotético caso de que se llegaran a las 8 mil hectáreas de producción de frutos rojos, en torno a siete serían de fresa. Actualmente alrededor de un tercio de la superficie la ocupan los cultivos menores, la producción de fresa se ha moderado y casi todos los agricultores han diversificado su producción y es habitual tener además de fresa, un poco de frambuesa y un poco de arándano o mora, aunque hay quien ha hecho el viaje completo y se ha mudado totalmente de cultivo o ha dejado la fresa en mínimos. Pero esto no ha
hecho más que empezar, Europa está redescubriendo los frutos rojos y no se queda con los cuatro que tenemos tan presentes en este momento, hay que ir
haciendo sitio para armonizar con otros músicos, con otras frutas, las grosellas (blancas, rojas y negras), el sauco, la aronia, la enigmática fresa negra, etc.
Todas estas frutas están siendo cada vez más popularizadas por “gurús” de la alimentación saludable y chefs televisivos por sus propiedades nutritivas, antioxidantes y regenerativas. Es como que los cultivos menores de hace 5 años se nos han hecho medianos y ahora llegan estos benjamines. Algunos
podrán adaptarse muy bien a la zona de Huelva y otros no, porque requieren más frío del que pueden encontrar aquí o bien otro tipo de suelos, pero
seguramente que más de un productor ya tiene el ‘run-run’ en la cabeza, porque ya se sabe, la historia siempre se acuerda de quien llega primero.
Con los nuevos ritmos ha costado un poco más: En la parte fitosanitaria, han cobrado protagonismo plagas que hasta hace poco no se tenían en cuenta,
como algunas especies de pulgón, el agravamiento de los ataques de mosca, los ataques de Lygus, el ‘cotonet’ y el piojo rojo en el arándano, enfermedades
que han tenido momentos complicados. Estos otros frutos rojos conllevan nuevos desafíos, se esperaba que fueran más rústicos y que tuvieran menos presión fitopatológica, pero tienen también sus bemoles. Son cambios de ritmo a los que hubo que hacerse, o a los que aún hay que hacerse, ya que de pronto se pierde el compás porque hay pocas soluciones disponibles, las especies patógenas son recientes en cuanto a su potencial dañino, no se domina su biología y falta fauna auxiliar que las controle exitosamente. En algunos casos se acusa una carencia de materias activas para su control, y los bichos siempre van más rápido que los papeles, a ellos les da igual quien esté en los despachos, de qué color es su gorra o si se llama Pepe o Lola, el cultivo siempre va por delante, no se detiene ante nada y donde hay medios para su proliferación, aparecerán. Toca otra vez estudiar, repasar, ensayar y afinar de nuevo los instrumentos, hay que seguir tocando esta sinfonía de frutos rojos, y hay que hacerlo bien, que el teatro está bastante lleno y es importante que guste para que el público pida más.

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